Advertencia: Si viajas a China y tienes la necesidad de hacer uso de sus aseos, no utilices el móvil: puede ser perjudicial para tu salud.
Y si no que se lo digan a Lu Lei, una joven china que aprovechó el tiempo mientras estaba en el servicio para enviar un SMS.
La muchacha tuvo tan mala suerte que, el teléfono acabó cayéndose por el agujero del retrete (conviene saber que el modelo de inodoro asiático es un “simple” agujero en el suelo, nada que ver con el diseño occidental).
Lei, desesperada, intentó rescatar su preciado móvil sin éxito. Pero su desgracia no acabó ahí, ya que su brazo quedó atrapado en el interior de la cloaca.
Debido a la vergonzosa situación no pidió auxilio en el acto, pero al ver que era incapaz de liberarse por sí misma, se vió en la obligación de gritar a los cuatro vientos que la sacaran de ese “pozo negro”.
El equipo de rescate tuvo que desmontar toda la cabina y romper con un martillo neumático el hormigón de alrededor del inodoro.
Tras 8 larguísimas horas de intenso rescate e inhalación de olores nauseabundos cayó desmayada.
Menos mal que los operarios, para mejorar su incómoda postura, le colocaron una toalla en la cabeza a modo de almohada.
Lo más probable es que, después de tan traumática experiencia, Lu Lei habrá dejado de responder a los mensajes cuando tiene un momento de esos en los que la fibra hace efecto.
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