Si el objetivo de Scariolo era no caer en los mismos errores que en el Europeo, la primera jornada del Mundial ha refrescado la memoria de los más escépticos. En Polonia se empezó con mal pie y en Turquía se ha repetido la historia. Francia se aprovechó de la inconsistencia española y consiguió una merecida victoria con la que no contaba.
Justo triunfo porque los de Collet supieron nadar donde su rival se ahogó. Los tiros libres supusieron un auténtico calvario para los españoles, al mismo tiempo que dirigían el triunfo hacia el lado galo. Con los puntos que Felipe, Marc y compañía se dejaron en el camino, la victoria habría tenido otro color. Especulaciones estériles.
Ya avisó España que el inicio de encuentro no distaba mucho de los precedentes en la preparación. Falta de dinamismo en ataque y las ideas poco claras. Francia se contagió, y el buen basket se hacía esperar (al final no llegó). Poco que ofrecer por ambos lados aunque los de Scariolo, sin apenas esfuerzo, alcanzaron un parcial de 5-15.
El despertar de un viejo conocido
Batum, Marc y Felipe se pusieron de acuerdo para alanzar las dos personales en el primer cuarto, que acabó con 9-18. Todo hacía indicar que el trabajo estaba bien encaminado. Nada más lejos de la realidad. Apareció Gelabale, aquel alero exótico que Maljkovic se sacó de la manga en Madrid. Y disputó algunos de los mejores minutos de su vida.
El '14' francés (16 puntos en total) permitió acercarse a los suyos gracias a su acierto en el tiro exterior, y a pesar de las continuas pérdidas de balón que definieron a los galos. El 27-28 con el que se llegó al descanso demostraba que las defensas imperaban sobre los ataques.
Amagando pero no dando
Tras el paso por el vestuario, la situación pareció volver a los cauces previstos. Collet tuvo que parar el partido con 27-33, tras cinco puntos consecutivos de España. Scariolo experimentaba en la parte de atrás: defensas alternativas y presión en la salida del rival. El resultado no fue el previsto. Es más, se volvió en contra del italiano. De poco sirvió que Marc alimentase la anotación española desde la zona.
En ese tercer cuarto pudimos ver al mediano de los Gasol aprovechando su superioridad en el juego interior. No pasó de ahí. Incluso Traore y Koffi supieron pescar debajo del tablero casi siempre que sus compañeros les buscaron. 43-44 marcaba en marcador al llegar al último periodo. España aún se mantenía arriba.
Una reacción que nunca llegó
Muchas veces hemos oído hablar que los encuentros más igualados se acaban decidiento desde la línea de tiros libres. Éste podría ser el ejemplo que ilustrara tal afirmación. Los franceses se vieron por delante (51-50) y supieron administrar la ventaja con el continuo goteo de puntos como consecuencia de las faltas que rebicían.
Gelabale fue el inesperdado líder de Francia. SERGIO PEREZ | RTRPIX
Los españoles, mientras tanto, hacían todo lo contrario y acertaban sin vacilar. Ahí apareció Albicy, que relegó a De Colo en la dirección francesa, sentenciando el resultado sin que le temblara el pulso. Batum salió en su ayuda.
Una falta, con técnica adicional, de Rudy contribuyó a hacer imposible la gesta final. Por más que Navarro, (17 puntos) con dos triples, intentara demostrar lo contrario. Lo imprevisto, traducido en inevitable conforme avanzaba el choque, se había hecho realidad. Hay días en los que es mejor no levantarse. Esperemos que ante Nueva Zelanda no sea otro de ellos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¿qué te ha parecido esta entrada?