Pero nada de muerte o aplastamiento contra el suelo. Aterrizó sobre la nieve tras haber sido su caída amortiguada por las ramas de unos abetos. El resultado final, una torcedura de tobillo. La cosa no acabó aquí. Fue capturado por los alemanes, quienes le tomaron por espía, pero consiguió demostrar su historia tras descubrir los restos del avión. Tras su liberación (con un certificado de que su historia era cierta para que la gente le creyera) comenzó a trabajar en una planta química, donde tuvo otros altercados: sufrió una descarga eléctrica, le cayó una viga metálica, y no conforme con esto, sobrevivió también a una inmersión de una hora en un pozo de cloro.
Un tío de los que se dice con suerte, vaya....
Finalmente no fueron los elementos quienes pudieron con él, y murió, por causas naturales, el 22 de junio de 1987. Chúpate esa Muerte!
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